En la vida solo aprendemos
placer y dolor se ofrecen siempre,
Clama una pena silenciosa,
El espíritu recibe del cuerpo, tanto como el cuerpo le da,
No es preciso especificar todo cuanto el amor haga.
Vigoroso, benevolente, puro y provechoso
En el orden inquebrantable, del universo y en toda su plenitud,
Campo de oro, es lícito penetrar sobre la inmensa cosecha,
La luz es luz, una ilusión, la misma luz que aleja tu sol,
Vuelvo mi cara hacia ti, esta luna ancha y pálida,
Ante mi la llanura radiante,
OH intimo fruto de madurez suprema,
Tras la flor se esconde hilvanada, de ceñida luz.
Ay perfume viviente esparcido por el viento,
Al azar cumple un poema, y en ella respiro su ley,
Cuyo perfume fue designado, doy el aliento de mi voz,
O el poder que se concilia con el silencio,
Siento cada palabra en toda su fuerza.
Por haberla esperado indefinidamente,
Esa medida que me trasporta, y que yo coloreo,
Me guardo lo verdadero, de lo falso,
Y ahora junto a un palacio, que sombrea un trono,
Habita un imperio, donde es elemento que se respira,
Inmensamente es sustancial, dulce néctar perfumado,
Embriáguese en frenéticos gemidos
Que apenas lastiman, pero rasga el corazón,
Que cubre el alma, el mortífero aliento exhalado,
Gemido lanzo, a su silenciosa figura, que blanquean sus pies,
El agua al espíritu reconoce, al espíritu, al espíritu la vida,
Y el gran lienzo del alma, en la liberación del espíritu,
Que embriaga por lejos que me hunda,
Puedo vencer la elasticidad del abismo,
Hay corazón, suelo reconocerla por sus fuegos,
Los sistemas de la estrella, que muestra,
Silenciosa música, muéstrate en tu melodiosa delicia.
Que envuelves y vuelves a repetir el dulce amor,
Con acordes brillantes que forman el reposo del corazón,
Refléjese el zafiro del agua, en su encarnada estrella,
Donde todos los astros se reflejan
En la humedad, silenciosa del rocío
El oro de la vida y del amor,
Celeste velocidad, que todo lo envuelve.
Como invisibles los brillos temporales del poema.
Los paisajes de unos labios, que besa la luz de la vida,
Se abrasan libres, son teoremas del poema apasionado,
Mi sueño es mar, y mi cielo la hermosura de tu belleza,
En cuyo mar salvan mis fuegos,
Y tu cielo recita la sagrada hermosura
Que también revela detalles en maravillas.
Adorable misterio de la belleza secreta.
Te llevo en los pensamientos del alma,
¡Christopher YEXHUA¡¡
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.Copyright © 2012
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